Sigo en mis vacaciones de verano en Atreno, pero por supuesto que no iba a descuidar mis asuntos paranormales. Esta investigación, fue realizada en mayo poco después de abrir el blog. Al principio, pensé en publicarla como la primera investigación, pero sentimientos encontrados me lo habían impedido hasta este momento. Digamos que cierta melancolía me hacía evadir este tema... Y es que esta investigación me dejó en cierta manera impactada, no sólo por lo que aconteció, sino también por el contexto y la persona que primordialmente sufrió con estos eventos. Por motivos de amistad y respeto, me gustaría mantener su identidad como anónima y por tal motivo, me referiré a ella como la señora "Regina". La señora Regina es una sexagenaria, quién trabajaba como gerente de la cafetería de la universidad y siempre habíamos tenido una buena relación. Casi todos los viernes, era una rutina tierna, ir a la cafetería al terminar mi última clase y tomar un cafecito calientito con una charola de pan dulce. Las conversaciones que teníamos eran tan amenas, que generaron recuerdos tan queridos para mi.
En cierta ocasión que merendábamos como era de costumbre, le llegué a comentar del asunto de mi blog. La señora Regina bajó su taza de café y me miró fijamente. Noté un gesto de nerviosismo a la vez que de resignación en su rostro. Tenía algo que contar. Dejó su taza de café en la mesa y juntó sus manos, como dándose fuerzas para hablar y dijo:
“Pues no estás para saberlo ni yo para contarlo, pero creo
que esto que me pasó, podría ir en tu blog. Siempre he sido muy escéptica de
esas cosas, pero bueno, siempre hay una primera vez para todo.
Todo empezó el día del niño pasado. Había ido a ver a mis
nietos y a llevarles un regalito por el 30 de abril. Regresé a casa ya bastante
tarde. Como a eso de las 11 de la noche, empecé a escuchar ruiditos en el ático
de mi casa. Eran ruidos apenas perceptibles, como pasos.
Supuse que un animal se había metido… un gato tal vez. Entonces subí al ático
para ver que era. Al momento de subir las escaleras el ruido era más fuerte y
entonces se escuchó… una especie de quejido grueso, como cuando alguien genera
un quejido con la garganta sin abrir la boca. La verdad es que me quedé
congelada. Sentí una sensación de sudor frio y en mi mente sólo podía escuchar un
“sal inmediatamente de aquí…” Bajé a la sala principal y entonces medité lo que
había sucedido y es que, por alguna razón, ya había escuchado ese ruido en la
casa antes, una vez cuando estaba limpiando mis figuras de cerámica de la
vitrina principal hace algunas semanas atrás, pero era como si hubiera borrado
ese recuerdo hasta que volví a escuchar el quejido. Terminé durmiendo en la
sala con el televisor encendido a un volumen medianamente alto. Hasta la fecha
sigo durmiendo en la sala con el televisor prendido… Yo… Me gustaría vender la casa… Dirás
que soy una exagerada, pero es sólo que el mismo sentimiento que me hizo no
subir al ático, constantemente me está gritando que salga corriendo de la casa
y no regrese. Bueno… Esa casa la compramos mi marido y yo cuando éramos jóvenes.
Desde que mis hijos se fueron y mi esposo falleció, la casa sólo me ha traído recuerdos
que me entristecen… Y el señor Zanetti tiene años queriendo comprar la casa
para poner una tienda de conveniencia. Dice que es un lugar ideal para negocios. Tal vez compre un pequeño departamento cerca de la
universidad, digo, creo que sería más conveniente vivir cerca de mi fuente de
trabajo ¿no?... Lo siento Charly, no sé por qué te digo todo esto… no me hagas caso.”
Después de esto, la señora Regina agachó la cabeza y su
mirada se centró en su taza de café. Era obvio que la situación le preocupaba y
la tenia tensa. Rompí el silencio, intentado animarla. Le comenté que un lugar
cerca de su trabajo sería la mejor opción y que muchas veces es mejor dejar el
pasado atrás, a donde pertenece, ya que a veces, los recuerdos pueden abrir
viejas heridas. La verdad es que yo sabía que algo tan específico como una
memoria selectiva de un evento traumatizante, podría ser el reflejo de actividad
paranormal. El hecho de que olvidara algo tan específico como un quejido
gutural, me hace suponer que su memoria no estaba fallando, si no que “algo” la
hacía fallar. Sabía que tenía que averiguar qué estaba pasando en su ático,
pero por su puesto, su seguridad me importaba más. Así que seguí animándola a
seguir con sus planes de vender su casa. Pero creo que su convicción por no perder el patrimonio de toda una vida, era más fuerte. Por lo menos la convencí de irse unos días con una de sus hijas mayores, también le pedí que me dejara investigar un poco en su ático en su ausencia. Ella accedió siempre y
cuando le prometiera tener cuidado y que, si veía o escuchaba algo, lo que sea,
saliera corriendo de ahí.
Al día siguiente me dirigí hacía la casa de la señora Regina. Apenas al entrar, me percaté de una sensación pesada en el
ambiente. Como cuando presientes algo ominoso por acontecer. Sin titubear, me
dirigí al ático con pasos lentos y cuidadosos, como no queriendo hacer ruido. Subí
a la segunda planta en donde estaba un pasillo que daba a dos habitaciones. En
dicho pasillo, en el techo, estaba la escalera desplegable que daba al ático.
Bajé poco a poco la escalera. El ruido que hacía era bastante fuerte. Tac… tac…
tac… Por alguna razón, sentía que algo no estaba bien con ese sonido. Volví a jalar
la escalera y nuevamente el tac-tac. Pero esta vez puse más atención al ruido y
entonces me di cuenta. A la par del sonido de la escalera bajando, se escuchaba
un gemido seco y apagado al ritmo del sonido mecánico de la escalera. Era como si
alguien o algo, quisiera imitar dicho sonido con una suerte de gemido gutural
con la boca tapada. Me paralicé por un instante y estuve a punto de salir
corriendo, pero una fuerte decisión de obtener evidencia, me obligó a subir y
abrir la trampilla para acceder al ático. La sensación de peligro, aumentó
severamente. No subí por completo al ático, pero abrí la trampilla y me asomé lo
suficiente para tomar una foto. El ático estaba totalmente oscuro, así que
debía activar el flash en la cámara de mi celular. Entonces volví a escucharlo.
Era aquel gemido apagado, pero esta ves era diferente, era como si alguien se
riera con la boca tapada o con algo… obstruyendo su boca. Tomé la foto sin
saber si quiera si se tomó bien. Salí corriendo de la casa y la verdad es que
nuca creí que pudiera correr tan rápido. En un par de segundos, ya estaba en la
calle.
De lo que captó la cámara y que no pude ver en ese instante… bueno, creo que lo mejor es que la señora Regina no recuerde nada de lo que probablemente, aun siga ahí.
Xd
ResponderEliminarXD
EliminarHablando de Universidades,un poco fuera de tema; ¿Estudiaste en Atreno City o Rutherford Springs?.
ResponderEliminarSi estudiaste en Atreno City quizá conozcas Abraxas Univercity. Deberías investigar el caso de Aldo Maldonado, es un chico que desapareció sin más y cuentan que andaba metido en sectas secretas creepys
¡Wow! ¡No había escuchado del caso de Aldo Maldonado! ¡Suena muy interesante! Definitivamente lo voy a investigar.
EliminarYo estudié en la universidad Aleister, pero una vez me invitaron a un evento en la Universidad de Atreno, no conozco nadie de Abraxas, si no, preguntaría.
Es triste lo que le pasó a la señora Regina y no decirle de lo que hay en su ático fue lo mejor.
ResponderEliminarSi... Creo que fue lo mejor, pero aún recuerdo esos días y me da una mezcla entre miedo y tristeza.
EliminarMe encanta este blog
ResponderEliminar¡Graciaaaas! :3
EliminarSiento mucho lo que le pasó a la Sra. Regina. 😞
ResponderEliminarDebió ser muy duro saber de su condición actual. No tengo palabras ante eso...
Pero es muy lindo de tu parte que la visites de vez en cuando. Ánimos Charlie.
Gracias, la verdad es doloroso que aun no me reconosca.
Eliminar