El Zahgathar

Una subdivisión de actividades o fenómenos paranormales, es aquello que tiene que ver con las criaturas o seres críptidos. Estos son misteriosos entes con características físicas poco convencionales y hasta monstruosas, los cuales han sido vistos por una cantidad enorme de personas a lo largo de muchas generaciones.

Un ejemplo de estos críptidos, es el Zahgathar, un ser monstruoso con forma humanoide de casi tres metros de altura con lo que pareciera ser unas astas de venado, una cráneo animal (tal vez de bovino) como cabeza, abundante pelo de color café oscuro y unas enormes garras de color negro. Se le ha visto en algunos bosques del sur, pero también es común verlo en las cercanías de hogares rurales muy aislados y sitios abandonados. También es una constante que en aquellos lugares donde se ve, una espesa niebla invade las cercanías. Este es una interpretación de mi amigo Mike de como es el Zahgatahr.

El siguiente  testimonio me fue dado por mi amiga Antonia cuando hace varios años atrás, formaba parte de "Las hermanas de la estaca". Esta experiencia la vivió en un viaje de campamento en Alenor, un parque estatal cerca de un famosos pueblo fantasma. 

Como dije antes, Antonia formaba parte de un grupo de jóvenes entusiastas del campamento conocidas como "Las hermanas de la estaca" las cuales continuamente van a expediciones y viajes de campo a diferentes lugares. Según cuanta, en una ocasión les toco ir de campamento a un lago cerca de un llano muy extenso llamado "los Campos de Alenor". Este llano es famoso por estar cerca de la entrada a un pueblo fantasma conocido como "Beberith". Antonia estaba entusiasmada por conocer dicho pueblo y justo llegando al campamento y terminado sus deberes, junto con otras tres amigas, fueron a explorar el pueblo, a escondidas de su superior claro está, ya que una da las principales consignas al llegar al sitio de acampar, era que estaba prohibido ir al pueblo fantasma de Beberith, por supuesto esto no impidió que Antonia y sus amigas, se aventurara a la exploración. 

Al llegar a la entrada del pueblo, se encontraron con un maltrecho y destartalado arco que antiguamente, debió de servir de entrada al pueblo. En el suelo, al lado de este arco, había un letrero de madera bastante estropeado que decía: "Bienvenidos a Beberith, el lugar donde la oscuridad decidió anidar". Y es que se contaban muchas cosas de Beberith, de su misteriosa aura oscura, de algunos extraños fenómenos que a veces pasaban en esa área, de su pasado y cómo es que se hiso un pueblo fantasma. También habían historias de exploraciones urbanas que no habían salido muy bien que digamos, ya que se aseguraba que una criatura enorme y monstruosa rondaba el área y a veces se dejaba ver al los pocos que se aventuraban a entrar al pueblo. 

Las cuatro exploradoras confirmaron un extraño fenómeno que pasaba en Beberith, el cual hacia ver el pueblo sumido en una semi oscuridad por unas nubes grises y espesas que tapaban el sol de tal manera que podía verse apenas un halo de luz tenue y de igual forma, confirmaron el fenómeno que sucedía de vez en cuando, el cual consistía en una espesa niebla que de súbito, comenzaba a descender y llenar todas las calles principales y callejuelas. Las chicas más que asustadas, estaban impresionadas con estos extraños fenómenos y por supuesto estaban grabando todo el recorrido.

Fue cuando estaban caminado en una calle principal en dirección a lo que parecía ser un plaza central, cuando lo vieron. Al lado de lo que parecía ser el kiosco del parque central, divisaron lo que en un principio pensaron que era un estatua de algún animal, ya que identificaron un par de astas coronando una cabeza con un hocico. Fue cuando se acercaron que identificaron más sus rasgos. Era una figura humanoide enorme con extremidades muy largas y desproporcionadas, sus piernas más bien parecían patas traseras de un cuadrúpedo, también tenia un par de garras enormes y un pelaje irregular que cubría ciertas áreas de su cuerpo, pero lo que más las impactó, según me cuenta Antonia, era el pecho, que tenía los huesos de las costillas y el esternón expuestos, y sobre todo, la cabeza que estaba desprovista de carne y piel, la cual parecía ser de algún animal bovino, y la cereza sobre el pastel... unas cuencas vacías y oscuras en donde deberían estar sus ojos. Al ver esto, las cuatro chicas se detuvieron a unos 15 metros antes de llegar a donde estaba lo que creían era una estatua rara y de mal gusto. Justo cuando Antonia estaba enfocando a la figura con su cámara, un bramido se escucho e hiso eco en todo el lugar. Lo que antes creyeron una estatua, volteo a verlas lentamente. Las cuatro se quedaron paralizadas hasta que Antonia empezó a jalar a las demás y a gritarles que tenían que salir de ahí. Sólo así, las demás pudieron salir de su estupor y emprendieron la huida fuera del pueblo. Aquella criatura las seguía lentamente haciendo bramidos estruendosos que hacían eco y sus pasos lentos retumbaban a lo lejos como fuertes desplantes en las calles empedradas. Antonia dice que le dio la impresión de que aquella criatura si hubiera querido, las hubiera alcanzado. Tal duda aún la sigue atormentando algunas noches. Cunado Antonia se dio cuenta, ya estaban corriendo fuera del pueblo, entonces, ese tremendo bramido, se deformo en una risa terrible y cavernosa. Antonia asegura que en aquella macabra risa, pudo reconocer una frase que se repetía una y otra vez, con una voz susurrante y gutural: "Memento mori..."

Cuando las chicas llegaron al campamento, se desplomaron del cansancio por la estrepitosa huida. Antonia recuerda que el único consuelo que le quedó, es que había grabado todo con su celular, pero confirmó otro extraño fenómeno que se decía pasaba en Beberith: el video se veía con cierta estática desde el principio del recorrido, pero cuando Antonia trató de enfocar a la criatura, la imagen se deformó por completo y sólo se veía y escuchaba estática. Y es que se decía que era muy difícil tener algún registro de video o audio del lugar, ya que  se decía que una "incongruencia magnética" afectaba severamente el funcionamiento de los aparatos electrónicos.

"Era el Zahgathar... esa cosa era el Zahgathar. Esos cuernos, ese cráneo, esas enormes garras, los bramidos y esa risa...era él. Pero creo que estamos a salvo... nunca sale de donde está esa horrible niebla" Dijo una de las amigas de Antonia en un extraño estado de tranquilidad. Esa fue la ultima vez que Antonia y sus amigas, formaron parte de Las hermanas de la estaca. Antonia aun recuerda aquella risa y la frase que creyó escuchar del Zahgathar: "Memento mori" que traducido sería algo como: "Recuerda que moriras..."